lunes, 6 de junio de 2016

Tensión cultural de un Japón en transformación - Los siete samuráis (1954)

Tensión cultural de un Japón en transformación – Los siete samuráis (Shichinin no samurai, 1954)

Alejandro Chimalpopoca Devéze, alech.deveze@aiesec.net






Resumen
El objetivo de este trabajo es presentar un análisis estético, estilístico y cultural del filme Los siete samuráis de Akira Kurosawa y esbozar desde elementos básicos de apreciación estética sus características. Así como poder contextualizar el filme dentro de su valor histórico y de relevancia cultural.


Introducción
Akira Kurosawa y sus películas han sido de una influencia importante para el cine mundial. Este análisis surge del interés personal por contextualizar e investigar uno de los filmes más emblemáticos del director, tanto en sus elementos particulares, como comparativos –en relación a otros filmes del director–, como en su relevancia cultural para Japón y la cultura occidental. De igual manera, surge del interés por identificar elementos y mensajes dominantes de la cultura japonesa en la obra, de manera que esto sea también una forma de aproximarnos con mayor claridad, desde nuestra perspectiva occidental –o mexicana– a la realidad y pensamiento de los japoneses, a través de su cine y productos culturales.

1. Problematización
Los siete samuráis es uno de los filmes más emblemáticos de Akira Kurosawa, filmada en 1954, representa la aventura de siete ronin, samuráis sin señor o amo a quien servir, aparentemente en la época de transición posterior al shogunato, y las dificultades de defender una aldea de ser arrasada por bandidos. Fue ganadora de dos premios de la academia, uno a mejor dirección artística y otro a mejor vestuario.
Los filmes de Akira Kurosawa han representado, por su técnica y los resultados de la originalidad en su dirección, una gran influencia para el cine occidental. Al grado de que, para directores de cine como Steven Spielberg y Francis Ford Coppola, Kurosawa es merecedor también del seudónimo de el maestro. Y particularmente Los siete samuráis es una referencia obligada, por todos los aspectos que integra, desde dirección, guión o vestuario, para el análisis de las producciones de Akira; puesto que su influencia en directores y filmes en específico no sólo fue muy amplia, si no que hasta hoy en día continúa. En muchos sentidos, las caracterizaciones y disposiciones de la historia, los personajes, la técnica de Kurosawa, etcétera, por el tiempo en el que fueron filmados, representan también el inicio de una manera de hacer cine. En ese sentido, Akira Kurosawa y sus películas son entonces, de gran importancia para el análisis cinematográfico, de ahí que la intención de este trabajo sea enmarcar algunos de sus aspectos más relevantes para el lector.
Se analizará el filme desde sus cualidades estéticas, de sustancia y forma, al igual como sus aspectos generales como producto cultural y los rasgos más importantes que desde la perspectiva de los estudios culturales se puedan identificar. El análisis estético estará además acompañado de un análisis comparativo con otros filmes del autor, de manera que podamos identificar similitudes y características particulares de su estilo en la filmación.

2.  Los siete samuráis como producto cultural

La película, de origen japonés, se considera el inicio de todo un género cinematográfico, el crítico de cine Michael Jeck sugiere que es la primera película en donde se integra todo un equipo, individuo por individuo, para cumplir una misión. De inicio, le valió su propio remake hollywoodense: The Magnificent Seven, y muchas películas posteriores han utilizado la fórmula del equipo integrado por distintos personajes y personalidades, que se complementan y entienden, casi “como una familia”, ya sea para batallas, robos, guerras, etc. Suelen referirse también a esta película como de gran influencia para George Lucas y Star Wars, donde el Episode IV: A New Hope sería el primer capítulo de Los siete samuráis y Obi-Wan Kenobi, Han Solo y Chewbacca son ronin, al igual que sus sables de luz son espadas samurai, y la fuerza es algo así como el código moral de los samurai: el bushido. La película fue hasta su momento, a la vez la más cara del cine japonés, con un presupuesto de 124 millones de yenes (un aproximado a 1.3 millones de dólares) y una recaudación de aproximadamente 268 millones de yenes (2.4 millones de dólares). Le valió a Akira Kurosawa dos premios Óscar, por mejor dirección artística y mejor vestuario; y se considera uno de los mejores filmes jamás hechos.

3. Estética del filme

3.1 Sustancia
Kurosawa, a través de Los siete samuráis tiene, en mi opinión, ya sea por su genialidad como director o porque su intención particular era esta, la facultad de transmitir y resaltar distintos aspectos de la vida humana a lo largo del trabajo en equipo que desarrollan estos siete samuráis. El filme, me parece, primero que nada busca ser un reflejo de las condiciones injustas y difíciles que naturalmente acompañan el mero hecho de vivir. Dice Kurosawa sobre sus propias películas, que si el pudiera concluir algo de sus películas es que en todas él se pregunta: ¿Por qué no podemos ser felices? ¿Qué son esas condiciones de la vida que nos impiden ser felices? Siempre está el personaje iracundo que comete injusticias contra los demás, las condiciones adversas –como un grupo de bandidos abusivos y sádicos– que acrecentan el sufrimiento, la tragedia que trae a veces consigo el azar, etcétera. La película comienza ahí y parte de ahí: Un granjero escucha a unos bandidos que merodean las tierras cercanas a su aldea, y los escucha hablar sobre cómo volverán a robarles todo el arroz este otoño. Posteriormente las escenas muestran a todos los aldeanos de rodillas en el suelo de tierra de la aldea, lamentándose y llorando ante lo que parecerá ser otro año de escasez y hambruna, así como la inevitabilidad de esto, por no poder defenderse. Creo que es también una expresión del compañerismo y solidaridad. Gran parte de la película transcurre en la formación del grupo de samuráis; quienes son invitados por los granjeros a defender su aldea a cambio de comida (recurso aparentemente difícil de conseguir para todos). Pero no todos aceptan por este aspecto del trato, en cierta medida, dice el analista de cine Roger Rebert que aceptan porque “ese es el trabajo de un samurai” el de servir a otros en la batalla. Y destacan que “la perseverancia masoquista en el cumplimiento de obligaciones sociales complejas es un rasgo cultural básico de Japón”, y es cierto. En la película veremos cómo todos están en cierta medida condenados por sus roles sociales, y asumiendo su rol en sociedad, perseveran e incluso llegan a veces al límite.
Por otro lado, es también tiene rasgos de cuestionamiento de ciertos aspectos de la cultura japonesa, sus tradiciones o su historia. De entrada, los samuráis son realmente ronin, samuráis sin amo que escapan a las fuerzas del Emperador que, en la época posterior al shogunato, mandó a perseguir a todos los samuráis que se rehusaran a dejar sus armas. Es decir, se desarrolla en un contexto en el que también los samuráis son desfavorecidos por las condiciones sociales; aunque como se ve en la película, siguen siendo respetados y considerados dentro de una jerarquía social especial y alta.
Por otro lado, los samuráis establecen relaciones de amistad con los granjeros, cuando solían ser sus subordinados –o esclavos–; y aceptan también dentro del grupo, como un samurai más, a Kikuchiyo (interpretado por Toshiro Mifune), un guerrero iracundo y hábil pero cuyos orígenes son una aldea pobre de granjeros como la que defienden. Es decir, existe una mezcla y disolución de las jerarquías, o ciertas convenciones, en pos de la solidaridad y supervivencia del grupo y la aldea. Para ser Japón, este tipo de premisas son de un peso importante.
Esta intención de expresión: “refleja una experiencia formativa y con sentido a partir de la situación japonesa de la preguerra y la posguerra”, en donde Kurosawa busca afirmar a través de ciertos personajes que portan autoridad, la tradición: “los personajes kurosawanos tienen la particularidad de iniciar una relación en la que se sopesa la madurez y la autoridad. Autoridad entendida al modo gadameriano, desde la vertiente reconocimiento y conocimiento atribuido por otro. Quien reconoce es un joven y el reconocido, un adulto”. (Arlenet, Claritza. 2010) A menudo, estos adultos son portadores de dicha tradición, como es el caso de Los siete samurais, en donde el modelo a imitar es Kanbei (Takashi Shimura), un samurai hecho y derecho que refleja las virtudes del bushido.

3.2 Forma
¿Cómo expresa lo anteriormente mencionado? Personalmente, la forma entera en como el filme está dispuesto, a través del guión y las escenas, logra una obra cinematográfica ejemplar. En un primer momento, destacaría las primeras escenas en la aldea; donde los aldeanos lloran de rodillas –todos, en grupo, ni uno solo tiene esperanza– al saber que perderán un año más la cosecha de arroz. El grupo de aldeanos en ropas ajadas, el cabello desaliñado y la piel maltratada en un escenario en blanco y negro, con luz muy baja, logra verdaderamente comunicar el desamparo que atraviesan.
Destaca también la rebeldía de la juventud –estadío de la vida al que se referirá de otras maneras en la película–, y de cómo un aldeano joven propone pelear y resistir, antes que morir de hambre. De esta intervención surgiría la idea de hablar con el líder de la aldea, un anciano, quien toma la decisión de enviarlos a buscar y contratar samuráis. El anciano es aquí, y a lo largo de la película, una representación más de la autoridad y la tradición por parte de Kurosawa: “La autoridad en Los siete samuráis  está representada por el jefe de los samuráis, Kanbei y por el anciano del pueblo. Ambos encarnan tradiciones y las transmiten a otros. En el primer caso a un sujeto individual (Katushiro) y en el segundo a un sujeto colectivo. La particularidad de estas autoridades está en que hay una tradición escrita y otra oral que están ausentes en los encuadres, pero se sabe que existe. […] Ambas recogen una memoria pasada y luego adquieren un sentido desde la transmisión” (Arlenet, Claritza. 2010).
Interesantemente, durante la película, la aldea debe verse dividida, ya que hay casas de aldeanos que están más allá del río –y protegerlas los haría muy vulnerables a un ataque– por lo cual piden el desaolojo de dichas casas. Sin embargo, una de ellas es la del anciano de la aldea, quien se rehúsa a abandonarla. Eventualmente, el anciano decide morir voluntariamente en su casa, que se ve incendiada por los bandidos en el primer ataque que reciben. Esto –en mi opinion– podría representar o simbolizar, en un Japón en tension y duelo por la modernización de su sociedad hípertradicional, una despedida de la tradición antigua, que muere con honor en su propia casa, casa que no tenía ya cabida en aquello que es posible defender aún de los bandidos, y que queda ahora en manos de una autoridad conciliadora y defensora del pueblo –Kanbei, el samurai– que es un samurai ejemplar, sí, pero es también un ronin: Una autoridad moral menos rigurosa y un tanto más flexible que continua encarnando en sí los valores esenciales de lo japónes –o en este caso– al pie de la letra el código bushido.
Posteriormente, la conformación del grupo de samuráis sigue una lógica emocionante, que probablemente haya sido emulada en filmes posteriores, al conseguir al líder del grupo de samuráis todo empieza a caer en su lugar; y distintos especialistas, con distintas habilidades como samuráis y personalidades, comienzan a formar el equipo. A quienes Kurosawa asigna una virtud específica del código bushido: “(a) rectitud (cumplir con un deber), (b) valor (vivir cuando es justo vivir y morir cuando es justo morir), (c) benevolencia (sentimiento de compasión con sus súbditos), (d) cortesía (respeto a los sentimientos de los demás), (e) veracidad (la palabra oral era garantía de la verdad), (f) honor (merecimiento de una reputación) y (g) lealtad (fidelidad a un superior)(Arlenet, Claritza. 2010).  Así, cuando la aldea se veía desamparada y condenada al abuso, un escuadrón de samuráis habilidosos llega, digamos, a su “rescate”, interesantemente representando también encarnaciones de las virtudes, y los valores. Evidenciando una vez más la búsqueda de la preservación de los valores japoneses –y su capacidad de rescatar al pueblo de la miseria–. Es interesante, como expresión del compañerismo y solidaridad de los samurai, tanto con los aldeanos como entre sí, que el hecho de recibir comida no es particularmente un motivo que integre a nadie al grupo. Todos están ahí ya sea por socorrer a los aldeanos, poner a prueba sus habilidades como samurai, vivir una batalla excitante o aprender de los otros samurai.
La contextualización histórica es también importante, porque le da, en cierta medida, un aire tradicional y nostálgico, de épocas quizá, en las que factores como la solidaridad, la disciplina, la experiencia de los demás, generaban cierta cohesión social  y sentido de las acciones.
3.3 Técnica – Expresión de las emociones a través del movimiento
Dentro de todo esto, es la técnica en particular de Kurosawa la que da consistencia a todo lo anterior. La manera en que es capaz de guiar, a través de las escenas, al espectador, le deja muy claro al espectador poco experimentado, por qué es una leyenda como director. Particularmente, la técnica de Los siete samuráis podría tomarse como un trabajo emblemático también en la técnica particular de Kurosawa como director, ya que muchas escenas cumplen al pie de la letra una de las características más personales de Akira para hacer cine: La expresión de las emociones a través del movimiento.
3.3.1 Movimiento en los encuadres
En primer lugar, Kurosawa trabaja los encuadres de las escenas de manera que el movimiento de los personajes, tanto como de los elementos de escenografía, se integren de manera armónica. Es posible ver esto en casi todas las escenas del filme, por trivial que pudiera parecer para la narrativa (nada es trivial para la narrativa). Es posible encontrar, en cada una de las escenas movimientos que representen un inicio, un intermedio, y un final. De esta manera, cada escena cuenta una historia, que forma parte de la historia más grande que es el filme completo.
3.3.2 Movimiento y expresión de la naturaleza
Dentro de lo anterior, una particularidad de Kurosawa en el filme –y en otros– es la integración de elementos de la naturaleza (fuego, lluvia, viento, humo, polvo, etc.) para expresar lo que sus personajes están sintiendo en el momento de la escena. Es decir, si un personaje se encuentra iracundo, la escena puede incluir fuego. Si está cargada con melancolía o tristeza, lluvia ligera o torrencial. A menudo se vale también de elementos de escenografía, claramente, para dar fuerza al viento y al movimiento que genera.
3.3.3 Movimiento y expresión de los grupos
Kurosawa acostumbra mucho expresar los sentimientos de los personajes acompañando a los protagonistas de grupos de personas que se mueven con ellos, los siguen en el desarrollo de las tomas, en batallas, conflictos, drama, etc. A veces son los puros grupos, también, sin personajes ni protagonistas, los que buscan representar emociones o condiciones importantes para la película. Como el caso del grupo de campesinos desamparados al inicio de la película.
3.3.4. Movimiento y expresión emocional de los rostros
Otro aspecto que me llama la atención es el énfasis, tanto en la actuación como en la fotografía, en la emotividad y expresión de los personajes para transmitir lo que busca la escena. Desde enfoques centrados en el rostro de un Kikuchiyo iracundo, que reprime a los samuráis por juzgar a los aldeanos por ser aquello que los samuráis han hecho con ellos históricamente, hasta la angustia de los aldeanos que ven cómo se están quemando sus casas al otro lado del río, donde los encuadres enfatizan las expresiones faciales, los gestos de llanto que acompañan gritos y murmullos. Los encuadres de estas escenas suelen ser estrictamente armónicos, y enfatizar en close up los rostros de los protagonistas o extras para transmitir el enojo, el desamparo, la alegría.
3.3.5. Kurosawa como su propio editor
Una de las razones por las cuales las películas de Kurosawa son tan bien logradas en términos de técnica personal es porque es de los pocos directores que era también su propio editor. De esta manera, las escenas están siempre conectadas y el movimiento  –inicial, intermedio y final– es consecutivo de escena en escena. Ya sea que busque detenerlo, iniciarlo o continuarlo, las historias narradas escena por escena se unen. Así es como Kurosawa controló también el ritmo del desenvolvimiento de la historia en sus filmes.

4. Análisis comparativo – Rashômon

Rashômon es una película que cumple, en comparación, con muchos de los puntos antes mencionados. Iniciando por el factor del Japón en tensión entre lo moderno y lo tradicional: La película es una adaptación del cuento escrito por Ryûnosuke Akutagawa, escritor conocido por su dura crítica a un Japón en decadencia y en transformación.

La película representa a través de su trama, diversos dilemas éticos un tanto censurables desde la visión japonesa. En donde un samurai es asesinado por un bandido, que buscaba violar a su esposa. Los tres personajes presentan sus versiones de la historia a la policía –incluso el samurai muerto a través de una medium que caracteriza una de las escenas más interesantes de la película–, pero todas estas versiones son distinas. Kurosawa nos guía a través de la representación de estas tres distintas historias, en donde los valores japoneses se ven en tensión ante personajes que actúan de manera cuestionable y que, además, mienten. Es –una vez más– el personaje de Takeshi Shimura, quien presenció todo de entre los árboles del bosque, quien al final desmiente las versiones de todos los personajes.

La película cierra con una escena, donde tras escuchar toda la lamentable historia del bandido y su crimen, Takeshi Shimura y el personaje de un sacerdote (una vez más, una figura de autoridad tradicional), se ven interrumpidos por una persona que está a punto de abandonar a un bebé a la intemperie. El sacerdote, quien a lo largo de la película había demostrado ya su pesimismo constantemente, enunciando varias veces que había perdido la fe en la humanidad, se encuentra ante un Takeshi Shimura que se ofrece a cuidar del bebé abandonado a pesar de tener seis hijos ya. Esta escena evidencia un elemento paralelo, presente también en Los siete samuráis, que es el bebé; símbolo –incluso en la filosofía– de la esperanza, de lo nuevo, de la posibilidad de una nueva humanidad: En la primera escena en Los siete samuráis donde aparece Takeshi Shimura (Kanbei, en esa película) –quien representa al líder samurai que representa a su vez la autoridad tradicional conciliadora, que transmite los valores para que estos sean apropiados por los jóvenes– se le ve rescatando a un bebé de las manos de un bandido iracundo y desquiciado que se esconde en una choza. Interesantemente, no es Kanbei ya un samurai si no que también en esa escena de disfraza de monje –otra figura de autoridad importante en Japón– para rescatar al bebé: Una nueva generación, la esperanza, el porvenir, se ven rescatados por los valores tradicionales y que el Japón en transformación debe mantener para no perder su esencia.

5. Mensajes dominantes en la obra de Kurosawa – Conciliación del japón tradicional y moderno

De entre todos los mensajes dominantes, entonces, podemos encontrar en Los siete samuráis tanto como en la obra elegida para su comparación Rashômon existe una búsqueda de expresión, abordaje –y en un último momento– de conciliación de las tensiones culturales de un Japón en resistencia a la modernización y a la pérdida de sus tradiciones: “No se asume la tradición como impedimento a la modernización, sino como una clave para asimilarla. Es más, dentro de esa sociedad mixta, como algunos la ven, es posible pensar en una forma de legitimar el cambio, en la tradición. Respecto a esto último, suele ser familiar la expresión japonizar la modernización, entendiendo como una traducción de lo nuevo a lo propio. Akira Kurosawa asume una posición conciliadora, que lo diferencia sustancialmente de otros cineastas de su tiempo. No rechaza la tradición, pero tampoco la sacraliza; opta por conjugarla de forma armónica con la modernización.[…] Modernización y tradición, una dualidad que afirma la posibilidad de una convivencia que no es contradictoria. Y, dentro de las formas que va adquiriendo en las instituciones (llámese política, familiar y educativas) hacen posible que quien esté en ellas no abrace ni lo local ni lo universal de forma separada, sino que las fusione. Por extraño que esto resulte, se estaría ante un ciudadano japonés que es leal y que a su vez se aventure a buscar otros espacios en los que pueda acercarse a otras identidades objeto de respeto y de imitación” (Arlenet, Claritza. 2010).


6. Conclusiones

Concluyo, personalmente, que la obra cinematográfica de Akira Kurosawa en general, aunque en particular Los siete samuráis, y otras películas como Rashômon e Ikiru, son una excelente puerta para el estudio de la cultura japonesa, sus conflictos históricos y su transformación. Por otro lado, me parece que independientemente de su contextualización histórica y motivos en ese sentido, Akira Kurosawa a través de su técnica y capacidad de expresión artística a través del cine, es también una puerta para quien sabe poco de cine –como yo– para acercarce a los film studies y poder apreciar, y comparar, a uno de los mejores directores de la historia, a quienes tantos otros directores emblemáticos toman como referencia e inspiración.


7. Bibliografía

– Claritza Arlenet Peña Zerpa. (2010). Formación, tradición y modernidad. El proyecto modernizador de Akira Kurosawa. Voces y silencios: Revista Latinoamericana de educación, 1, 16.
– Roger Ebert. (2001). The seven samurai movie. Mayo 31, 2016., sitio web: http://www.rogerebert.com/reviews/great-movie-the-seven-samurai-1954
– Roy Stafford. (Agosto 22, 2010). Kurosawa, Master of world cinema. National Media Museum, 7.
– Tony Zhou. (2015). Understanding Movement In Composition Through The Work Of Akira Kurosawa. Mayo 31, 2016, de Digg Sitio web: http://digg.com/video/understanding-movement-in-composition-through-the-work-of-akira-kurosawa


1 comentario:

  1. Muy completo análisis de esta película clásica para el mundo del cine. Es muy interesante ver como Kurosawa expresó el amor por su cultura y al mismo tiempo sus preocupaciones universales por la humanidad desde todos los ángulos que se analizan aquí, no nada más la historia, si no los personajes, las tomas, la edición, etc. Concuerdo con que nos abre la mente al mundo japonés y nos permite ver distinto a nuestro propio cine occidental.

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